Tsu‑Ling ganaba todos los años el premio del emperador. Sus rosas tenían fama de ser las más hermosas y solo rivalizaban con ellas, las mías. Soy un jardinero, al igual que él y somos vecinos. Además nos odiamos hace mucho tiempo. El otro día me enteré, gracias a Feng, de que alguien había echado sal en las rosas de Tsu‐Ling. Él pensó que había sido yo.Luego de muchos días no vi más las flores de Tsu-Ling ni a él. Feng vino a visitarme con las malas noticias de que Tsu-Ling había muerto. Tsu-Ling fue a plantar sus rosasen la montaña para que nadie las dañara y una espina de sus rosas lo mató. La persona que había echado sal en sus rosas había sido él mismo-Dijo Feng -Pero,¿ Para qué haría algo así!?-Pregunté. -Para no ver la belleza de sus flores que lo hacían recordar a su esposa. El la mató porque estaba enamorada de vos Pao, por eso sus rosas tienen tanta belleza. -Dijo Feng. Al día siguientes, llame a Feng y le dije que viniera a mi casa, que tenía ganas de cuidar las rosas de Tsu-Ling,pero me arrepentí y feng me dijo que hacía bien en no cuidarlas, porque las rosas de Tsu-Ling ya no necesitan jardinero.
lunes, 14 de agosto de 2017
Las rosas de Tsu Ling
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Muy bien, mucho mejor. Cuidado con el diseño del texto. Además, recordar que después de la raya de diálogo, cuando recupera la voz el narrador, va con minúscula:
ResponderBorrar-Pero, ¿para qué haría algo así?- pregunté.