domingo, 12 de mayo de 2019

Almas mellizas

    La primera luz de la semana alumbra las calles, y las tiñe de naranja y amarillo. Voy de camino a la escuela. Cuando doblo la esquina, un hombre alto y exageradamente delgado, me detiene:

    ーHola, niño.
    Algo en él me parecίa familiar.
    一Estoy vendiendo unos pines por cinco pesos. Ese dinero irίa directo a un comedor público. ¿Te interesaría ayudar en la causa?
    Esbozό una sonrisa casi macabra, haciendo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.
    Me considero a mí mismo una persona bastante solidaria. Me gusta ayudar a las personas, y cuando tengo esa chance la aprovechó. Este caso no fue la excepción.
    El hombre me agradece con un movimiento de cabeza. Luego me da el pin y me lo coloca en la chaqueta.
    Ya quedaban unas tres cuadras para llegar al colegio. Estaba por cruzar, pero veo que el semảforo está en rojo. Una chica que estaba con el celular no vio que se aproximaba un auto que iba a mucha velocidad. Traté de advertirle que no cruzara, pero ya era tarde. Pude ver cómo el auto la atropelló. Mientras llamaba a la ambulancia, miraba el cuerpo y sentía una sensación de asco y tristeza a la vez.
    Las horas de clases transcurrieron normalmente. Llegue a mi casa exhausto. Mis padres seguían en el trabajo. No tenía mucha hambre, así que ignoré la cena y me fui a mi habitación. Me acosté y mis ojos empezaron a pesar. Luego, todo se volvió negro.

    Mis pies están sobre arena. Voy levantando mi cabeza lentamente con cierta confusión. No sé dónde estoy, y mucho menos cómo llegué aquí. Lo único que puedo distinguir es la arena blanquecina rodeándome, extendiéndose  hasta ser comida por un horizonte infinito.
    Al volver mi vista al frente me doy cuenta de que no estoy solo. La silueta de una chica se hace notar a contraluz en el atardecer.
    La muchacha comienza a caminar hacia mi dirección, al igual que yo a la de ella. Es un movimiento involuntario. Cada vez me voy acercando un poco más a la chica 一pude notar que está tan confundida como yoー, hasta que quedamos cara a cara.
    Tenía una notable belleza. Sus ojos eran celestes, al igual que los míos; su pelo era de un negro radiante, el cual me hace acordar a mi madre. En su mirada se notaba el miedo que tenía.
    Nos quedamos unos segundos viéndonos en silencio. Ninguno de los dos podía entender quė estaba pasando. Siento que la conocía de algún lado.
    Ahora, nuestras manos se tocaron por cuenta propia y dispara un fuerte destello.
    Me desperté de un salto. Mi pulso estaba acelerado y mi respiración entrecortada. Miré a mi alrededor. Al encender la luz, de inmediato me di cuenta que el lugar donde estaba no era mi cuarto.
    En una de las esquinas de la habitación había un espejo alargado. Me dirigí hacia él, y cuando llegué, miré mi reflejo una y otra vez, sin poder creer lo que veían mis ojos. ¡Estaba en el cuerpo de un chico! Me volví loca. Probablemente sigo en el sueño. No hay otra explicación lógica para  esta situación. Me fui al baño. Cuando lo encontré, me mojé la cara, tal vez así podría despertar, pero no paso nada.
    Regresé a mi supuesto cuarto y me senté en el pie de la cama. Con las manos en la cabeza me puse a pensar qué podría estar sucediendo. Tal vez no era un sueño, sino algo que pronto descubriría.
    Bajé las escaleras silenciosamente y me dirigí hacia la cocina, ya que tenía hambre. Al llegar, una mujer alta y rubia estaba preparando el desayuno. Presentí que sería la madre del joven dueño de este cuerpo.
    ─Buen díaー dice la madre mientras coloca la caja de cereal sobre la mesaー Te dejé el uniforme planchado sobre el sillόn.
    Entonces, me di cuenta que debía ir a la escuela.
    ─¿Te sucede algo, cariño? Estas muy callado...
    Me limité a sonreír.
    Luego de comer agarré la ropa y subí a mi cuarto, me tenía que cambiar. No me gustaba la idea de hacerlo, pero no tengo otra opción.
    Armé mi mochila guiándome de un horario que había sobre el escritorio. De repente, suena una fuerte bocina.
    ー¡Micro!ー gritan desde abajo. El bus para ir a la escuela había legado.
    Soy muy buena estudiante, pero, por como me miran mis compañeros cuando doy una respuesta acertada, el chico del sueño no lo es.
    Al llegar a casa dejé mis cosas sobre la mesa y subí de inmediato. Era tanto el cansancio que tenía que ni siquiera me saqué el uniforme. Simplemente me acosté y dormí.
    Me levanté antes de que sonara la alarma para ir al colegio. Sentía que había dormido todo un día. Al dirigirme hacia el espejo, pude notar que me había  quedado dormido con el uniforme del colegio. Era raro, porque no recuerdo que me lo haya sacado. Agarro mi celular para ver qué notificaciones tena y ¡me encuentro con que era miércoles! No lo puedo creer ¿De verdad me quedé dormido por todo un día? Esto es inexplicable.
    Bajé a desayunar y mi mamá ya estaba allí. A su lado se encontraba un segundo plato, el cual supuse que era para mí.
    ーAyer no pude preguntarte, te fuiste a dormir temprano... ¿Cómo te fue en el colegio?
    一¿En el colegio? No sé. No recuerdo nada de lo que pasό ayer...
    ーTe preparé el desayuno, te lo comiste y fuiste a la escuela. Estabas muy callado. En todo el día no me dirigiste ni una sola palabra. Te noté muy raro.
    Pero eso es imposible...No lo entiendo. No preocupare más de lo necesario a mamá.
    一Ya me acordé de todo一 Le dije con una falsa sonrisaー Ahora me voy a la escuela, estoy llegando tarde.
    Hoy estuve medio distraído en la clase pensando en lo que ocurrió ayer. Pero tuve una idea. Dejare una cámara en la habitación, grabando toda la noche para ver qué pasa.
    Al llegar a casa, busqué una cámara, la coloqué en una repisa de la pared y me fui a comer. Cuando me fui a acostar, prendí la cámara y me fui a dormir.
    Son las 5 am y entro al colegio a las 8 am, así que voy a investigar un poco antes de ir a la escuela sobre lo qué me esta pasando.
    一"¿Es posible estar en el cuerpo de otra persona?"ー busqué.
    "Según algunas creencias, es posible que un alma este en el cuerpo de una persona, siempre y cuando sean parientes. El hecho por el que el espíritu entra en otro organismo es porque este espíritu había existido en la realidad, también un objeto sobrenatural contribuye a que esto pase."
    Me fui a dormir otro rato, para seguir más tarde.
    ーHijo, hijoー me despertó mamá.
    一¿Q..Qué pasa? ¿Qué hora es?
    ーCariño, son las 6 am. Estabas gritando, como si tuvieras una pesadilla. Cuando entré a tu cuarto, vi tu laptop. ¿Me podés decir qué significa esto que buscaste?
    ー¿Que? yo no busqué eso.
    ーSolo estamos vos y yo en esta casa, y yo no fui.
    Me levante de la cama de un salto y me dirigí hacia el estante en donde se encontraba la cámara. Cuando vi el video, claramente era yo.
    ーAquí, en la página web, dice que un espíritu no puede entrar en tu cuerpo si no es pariente tuyo.
    Nos quedamos en silencio por unos segundos.
    一Vos tenías una hermana melliza, que fueron separados al nacer porque yo no podía mantener a dos hijos a la vez. Tu padre se quedó con tu hermana y yo con vos. Él nunca estuvo de acuerdo con esto, pero no teníamos otra alternativa.
    Le pedí a mi mamá que me diera una descripción de mi padre. ¡Era el hombre era el hombre que aquel día me había dado el pin!
    ーMamá, tengo miedo. No entiendo cómo puede pasar esto.
    ーVamos al médico para que vea si lo podemos arreglar.
    ーDe acuerdo.
    Al subirnos al auto, me dormí de inmediato.
    Me desperté en una habitación que no reconocía. La puerta estaba cerrada.
    Un hombre se aparece de la nada, haciendo que me sobresalte. Era el señor que me regaló el pin. Mi padre.
    ーAhora podrán estar juntos por y para siempre.
    Luego de esas palabras se va.
    Empiezo a gritar desesperadamente. Rogué a las enfermeras que lo atrapen.
    Una de ellas, ya exhausta de escuchar todo el griterío, me informa que el medicamento que me habían dado podía provocar alucinaciones.
    一¡Es real! ¡Atrápenlo! grité fuerte.
    Es real. Yo lo sé.





















1 comentario:

  1. Aunque todavía hay algunos errores, está mucho mejor. Buen trabajo, Renata.

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